W.G.Sebald es uno de mis escritores favoritos. Después de haber leido todas sus novelas, que son cuatro, lo que me entristece es que muriera demasiado pronto y no haya dejado mucho más escrito. Lo primero que me llamó la atención de sus libros fue la inclusión de fotografías que se relacionaban con el texto y lo hacían más interesante. Es un maestro de la asociación, de la ramificación, me fascina esa capacidad para empezar a hablar de una cosa y acabar hablando de otra con esa sutileza. Al final siempre es de la memoria, del recuerdo, de la evocación de lo que trata su obra. Esta es su primera novela, escrita ya con 46 años. Aún queda mucho camino por delante.
sábado, 10 de febrero de 2007
W.G.Sebald es uno de mis escritores favoritos. Después de haber leido todas sus novelas, que son cuatro, lo que me entristece es que muriera demasiado pronto y no haya dejado mucho más escrito. Lo primero que me llamó la atención de sus libros fue la inclusión de fotografías que se relacionaban con el texto y lo hacían más interesante. Es un maestro de la asociación, de la ramificación, me fascina esa capacidad para empezar a hablar de una cosa y acabar hablando de otra con esa sutileza. Al final siempre es de la memoria, del recuerdo, de la evocación de lo que trata su obra. Esta es su primera novela, escrita ya con 46 años. Aún queda mucho camino por delante.
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