Mnemósine
Un vaivén constante.
Dos movimientos contrarios en su naturaleza; volver la vista atrás, mirar el horizonte.
Dos movimientos que son uno.
Crear, olvidar, traer a la memoria, crear, olvidar, traer a la memoria, crear, olvidar, traer a...
El artista vive en ese espacio entre el recuerdo y el proyecto. Tira y afloja.
Recordar para encontrar nuevos intersticios. Proyectar.
Un vaivén constante.
Las piezas mostradas en Mnemósine no son las últimas producidas si no que proceden de diversos proyectos relativamente recientes de los últimos años.
Lo que pretendo no es sólo recordarlas, traerlas a la memoria, si no, y creo que es lo interesante, ponerlas en relación unas con otras de nuevas maneras que no habían sido posibles cuando se expusieron cada una en sus diferentes proyectos y exposiciones.
Estas nuevas relaciones, no solo traen nuevas combinaciones formales y de significado, si no que ponen de relieve ciertas corrientes subterraneas en mi trabajo a lo largo del tiempo.
Los personajes anónimos o apunto de desaparecer, las montañas como una constante, las efímeras nubes, la austeridad del paisaje, la confrontación de lo gestual y lo geométrico, lo cíclico y mistérico, los elementos contrastantes o ciertas querencias tonales y atmosféricas.
Volver la vista atrás y traer a la memoria.
Así nos ponemos en manos de Mnemósine, la diosa griega de la memoria, conocedora de los secretos de la belleza y del conocimiento.
Una vez más.
Javier Roz 2024
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